HISTORIA EN MAR DEL PLATA

En la zona del puerto, un sacerdote visionario (italiano), Don Luis Orione, fundó para esta colonia de pescadores italianos una iglesia y colegio, hoy: "Parroquia La Sagrada Familia".
Este fue el lugar de recogimiento religioso de mucha gente, y también de los trizzoti, que pronto sintieron la necesidad de desahogar esa pasión, ese sello impreso en su corazón, una de las tantas añoranzas de su tierra, el fervor que traían por San Giovanni.

Es así que las mujeres, como Gracia Corsaro, Gaetana de Patané y otras, discurren acerca de la posibilidad de festejar a San Giovanni y de organizar una misa. Así comienzan a comentarlo y a transmitirlo, Sebastián Castorina, caminando por la calle 12 de octubre, ve en la vidriera de la librería Sanz, un hermoso cuadro, con la imagen de San Juan niño (lleno de rulitos y abrazado a un corderito), es aquí donde se enciende en su interior el ser trizzoto y su ferviente devoción a San Giovanni. Compra la imagen y acepta el desafío de organizar los primeros festejos.
Con el cuadro durante algunos años, a fines de la década de 1940, se realizaban misas, cada 24 de junio reuniendo a todas esas familias que lejos de su tierra, festejaban a su Santo Patrono.

Concurrían todos los paisanos, algunos que ya estaban y otros que recién llegaban, añorando su iglesia, su Santo y sus tradiciones, trataban a su manera de rememorarlo en esta nueva tierra.
Respetaban la fecha haciéndola no laborable, y en algunos casos se reunían en familia para compartir la mesa, a modo de festejo.
A pesar de la distancia, el entusiasmo fue creciendo: eran muchas las jovencitas y los muchachos que transmitían entusiasmo por festejar a San Giovanni.

No pasó mucho para que empezaran a soñar con la construcción de una estatua similar a la de Acitrezza.

No existía una comisión reconocida como tal, pero sí algunos paisanos, que se interiorizaron y movilizaron por todos, entre ellos Sebastián Castorina, Juan Buzzurro, Juan Castorina (fu Luiggi), Luis Valastro, José Pellegrino y otros.

Mientras tanto Gracia Corsaro, se acerca a la directora del colegio Inmaculada Concepción, (Hermana Asunta), para preguntar por la dirección del escultor que realizó las imágenes de San Salvador (en la Parroquia) y de la Virgen de Lourdes (en la Gruta), que resulto ser el Sr. Raimundo Carteruccia.

El escultor toma el trabajo, compran la madera (de cedro), en Bs. As. , y estuvo seis meses en prensa, en los talleres de Tiribelli.
Se usó como modelo, una vieja estampita en blanco y negro, que vendría en algún baúl de la época, con la imagen de San giovanni.
Los más inquietos, visitan asiduamente el taller, para ver los progresos en el trabajo que avanzaba muy lentamente.(Juan Buzzurro, con su hijo Salvador, Sebastián Castorina, Jose Pellegrino, José Lo Faro, Salvador Arcidiacono, Francisco Corsaro, Horacio Fichera, Alfio Castorina y otros...), todos entusiasmados e ilusionados con su amado San Giovanni.

Es asi que el 24 de Junio de 1954 el nerviosismo mezclado con el entusiasmo, trasladan desde el atelier del escultor, hasta la parroquia la imagen del santo.

La imagen fue bendecida por el Párroco: Francisco Cremasco, apadrinada por el entonces Presidente de la Nación: Juan Domingo Perón, que por no poder estar presente, delegó este compromiso en su nombre, al Sr. Villalobos. Asistieron autoridades, feligresía en general y devotos, todo en un marco de fiesta, al estilo que para tal situación se acostumbra. Muchos de los que concurrieron a la Misa Cantada se vieron sorprendidos y algunos hasta se asustaron, cuando los trizzoti, fervientes devotos del Santo, a usanza de su pueblo, comenzaron a gritar emocionados los vivas a San Juan (fue uno de los hechos más comentados).

Alguien alguna vez dijo, que el sentimiento mas profundo se revela siempre en el silencio.

 
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